La copa óptima para saborear el cava.
La selección de una buena copa es un factor esencial a la hora de disfrutar del cava en toda su plenitud. En la entrada de nuestro blog de este mes presentaremos una explicación argumentada de las mejores características que debe tener dicho cáliz.
Empecemos con algunos conceptos teóricos… Sin lugar a dudas, el factor más diferenciador del cava es el gas de las burbujas, las cuales juegan un papel primordial en la degustación. Su efecto se manifiesta en dos aspectos: olfativo y gustativo. En cuanto al primero, los aromas son sustancias orgánicas volátiles que se adhieren a las burbujas de forma natural. Esto es debido a que, como los detergentes, son tensoactivos; es decir, sus moléculas tienen dos partes: una hidrófila, que permanece en contacto con el líquido, y otra hidrófoba, que queda dentro del aire de la burbuja. Por lo tanto, podríamos decir que las burbujas son los vehículos a través de los cuales los aromas emergen del líquido y suben a la superficie. Respecto al sentido gustativo, las burbujas aportan frescura, la cual está relacionada con la acidez. En general, las sustancias ácidas crean una salivación fluida que aporta frescor (al contrario que los elementos suntuosos, los cuales crean una salivación grasa y una sensación de calor)
Basándonos en esto no nos queda más remedio que descartar la glamurosa copa Pompadour. Según la leyenda, esta copa fue diseñada a semejanza de los senos de Madame Pompadour, la famosa amante de Luis XV en el Versalles de la Ilustración. Se trata de una copa con una boca ancha, la cual provoca la disipación rápida de las burbujas y el consiguiente calentamiento del líquido. En fin, a pesar de la apariencia sexy en manos de Marilyn Monroe o Humphrey Bogart, los mortales tenemos mejores opciones…
La flauta es claramente una de ellas. Su esbelta figura es ideal para examinar la apariencia del vino. Además, su acampanada boca la hace especialmente apropiada para el cava. Únicamente debemos tener precaución de no desbordar el cava si lo dejamos caer demasiado rápidamente.
Sin embargo, es la tulipa el tipo de copa mejor reconocida para degustar el cava de forma óptima. Su forma es la de un huevo truncado, apoyado sobre un largo tallo de vidrio. Esta elegante forma nos permite asir el recipiente sin necesidad de tocar la parte en contacto con el cava (más sobre esto en el próximo párrafo). El hecho de disponer de mayor diámetro en la parte inferior, el cual se va reduciendo conforme ascendemos, nos permite sacar mejor partida de las burbujas. Entre otras cuestiones, el efecto Venturi produce una aceleración del aire debido a dicha reducción del diámetro en la boca de la copa.
Un último consejo a la hora de sostener una copa: no debemos tocar con los dedos la parte de la copa en directo contacto con el líquido. Aparte de ser una norma de etiqueta, por no hablar de las toscas marcas de los dedos que quedan en el cristal, existe otra razón indiscutible. La cuestión es que dichas trazas favorecen la generación de burbujas grandes (puesto que la grasa de los dedos es hidrófoba y favorece la acumulación de los aromas), lo cual acelera la disipación del gas y genera una sensación menos gratificante en el paladar.
En fin, nos ha quedado en el tintero algunas consideraciones adicionales, pero vamos a dejar algo de suspense para próximas ocasiones…
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