La Sensualidad del Cava en San Valentín

La Sensualidad del Cava en San Valentín

En la festividad de los enamorados, el Cava es uno de los emblemas más especiales. Valga como ejemplo del amor romántico una de sus odas más célebres: el filme “Pretty Woman”, donde el galán, Richard Gere, ofrece fresas y vino espumoso a Julia Roberts en el lujoso ático del hotel donde se aloja. En el artículo presente veremos algunos motivos de esta asociación, tanto a nivel simbólico, como científico y, en particular, la magia que produce el combinar Cava con marisco, muy acertado para la venidera cita con San Valentín.

El amor carnal con Cava

En cuanto a la trasposición más terrenal del amor, es decir el sexo, hay ciertamente bastante controversia acerca de la capacidad de ciertos alimentos y bebidas en producir un efecto afrodisíaco. El chocolate y el marisco son probablemente dos de los más conocidos, los cuales maridan maravillosamente con el Cava, como veremos. En cuanto al marisco se refiere, la historia se remonta a nuestros vecinos del otro lado del Mediterráneo: la antigua Grecia. Según la mitología, los animales marinos eran una de las insignias de Afrodita, la diosa del amor, la cual dio origen a la palabra afrodisíaco. Hay quien dice que éstos no tienen ninguna repercusión sobre el líbido, más allá de lo que pueda producir un cierto efecto placebo. Sin embargo, está demostrado que tanto el Cava como el marisco poseen una concentración relativamente elevada de zinc y magnesio, los cuales son absolutamente esenciales para la producción de hormonas sexuales masculinas y femeninas. Además de ello, hay dos aminoácidos presentes en el marisco (D-Asp y NMDA) que contribuyen a la generación de testosterona (hormona sexual masculina) y progesterona (femenina) Otro aspecto, éste un tanto más discutible, es el bouquet del Cava, que a través de las levaduras mimetiza la esencia de ferormonas sexuales femeninas. Por otro lado, el carbónico presente en nuestro espumoso acelera la absorción del alcohol por parte de torrente sanguíneo, con lo cual favorecemos la euforia del romántico momento.

El encanto de las burbujas

Otro aspecto más estético y en parte alentado por nuestra sociedad, es la indudable imagen de glamour que produce una chispeante copa de Cava. Son precisamente las burbujas, a parte del sabor delicado que otorgan a la bebida, un verdadero placer para la vista. Bien es cierto también que las referencias históricas nos condicionan claramente, desde Madame Pompadour (quien en la corte de Luis XV comentaba “El Champagne es el único vino que deja a una mujer bella después de haberlo bebido”) hasta los iconos más recientes, como James Bond (que curiosamente toma Martini cuando bebe solo y vino espumoso cuando está en compañía de una atractiva dama)

Cava y marisco: el maridaje perfecto

Para redondear el homenaje a nuestros sentidos, no podemos dejar de hablar del perfecto maridaje que ofrece el Cava y el marisco. Esto se lo debemos a unos de los sabores básicos, sin duda el más desconocido: umami. Más habituales para nosotros son los otros cuatro sabores fundamentales: dulce, amargo, ácido y salado, con sus receptores papilares en lugares diferenciados, grosso modo, dentro de nuestra cavidad bucal. Pues el umami fue descubierto por el químico japonés Kikunae Ikeda en 1908 y su traducción vendría a ser “esencia de la delicia”. A pesar de su descubrimiento oriental, tenemos de ello numerosas aplicaciones en nuestra cocina mediterránea desde tiempos inmemoriales (salsas fermentadas, setas…). Desde el punto de vista bioquímico, el responsable de esta percepción es otro aminoácido denominado glutamato. Aparentemente, las levaduras responsables de la segunda fermentación en el Cava segregan esta sustancia una vez han culminado su cometido. Por su parte, también los mariscos en general poseen una concentración de glutamato elevada, habiendo una variabilidad considerable en su contenido entre unos mariscos y otros (por ejemplo, ciertas variedades de ostras y almejas son las que lo contienen en mayor proporción)

No hay que esperar más…

Visto lo visto, sobran motivos para darnos un capricho y deleitarnos con una bandeja de marisco acompañada con una refrescante copa de Cava. Para los más idealistas, podrán tener una excusa perfecta para despertar su lado más romántico y, para los más hedonistas, no hay duda de que nuestra propuesta es un festival para los sentidos. Sea como sea, desde Alsinac les deseamos ¡Feliz San Valentín!

Fuentes de Información

Para realizar este artículo hemos empleado información de los siguientes enlaces:
– The aphrodisiac Power of Mussels.
– Umami synergy as the scientific principle behind taste-pairing champagne and oysters.
– 5 Reasons why Champagne is so Connected with Romance.
– Champagne and oyster habit hitting your pocket? Now you can blame science.
– The Truth About Aphrodisiac Foods, or, Do Oysters Really Make You Horny?

Los siguientes post de nuestro blog tratan una temática afín a este artículo:
– El brindis con Cava: un instante mágico.
– ¿Por qué nos encantan las burbujas del cava?
– El maridaje del Cava: ¿arte o ciencia?