El Cava y el Cambio Climático
Más allá de las evidencias científicas, existe una cierta conciencia generalizada que nuestra planeta está sufriendo un calentamiento. Expresiones habituales como “los inviernos ya no son como antes”, “hemos pasado del verano al invierno de golpe”… se escuchan muy habitualmente en nuestras conversaciones cotidianas. En numerosos programas o documentales hemos visto las graves consecuencias que esto ocasiona (derretimiento de casquetes polares, sequías…), en este artículo nos centraremos en los aspectos relacionados con el cava y el vino.
Para empezar, presentaremos un ejemplo claro acerca de la tendencia actual. Allá por los inicios de nuestra democracia, en los años setenta del pasado siglo, la cosecha empezaba aproximadamente justo después de la Diada Catalana (11 de septiembre) y acababa sobre el día de la Hispanidad (12 de octubre) Hoy en día, a principios de septiembre, la gran parte de las cosechas están ya recolectadas. La evolución ha sido progresiva, pero inapelable. Esto escenifica claramente el primer factor que viene alterado por el clima cambiante: el periodo de la cosecha y, en consecuencia, la duración de maduración y el ciclo de vida de la uva en general. Como resultado de ello, los racimos tenderán a llevar más azúcar y, por tanto, el vino resultante tendrá un mayor grado alcohólico.
Por otro lado, existe una inquietante escasez de agua que está afectando al volumen recolectado. La cuestión es que, si no hay el agua necesaria, las uvas no crecen lo suficiente (su tamaño se reduce, lo cual puede producir alteraciones en el aroma debido al aumento de la proporción de la piel respecto a la pulpa), lo cual genera también indirectamente una mayor concentración de azúcar. En el caso concreto del cava del Penedés, el volumen de vino disponible para cava bajó alrededor de un 30% en la cosecha del 2016, lo cual produjo un severo aumento de los precios que terminó afectando al consumidor final (particularmente, en Cavas Alsinac, también nos vimos obligados a ello, después de 10 años sin haberlo hecho) Este efecto se vio reflejado en prácticamente todos los vinos europeos (Francia, Italia…) Por si esto no fuera suficiente, la cosecha siguiente (del 2017) aún se vio reducida en aproximadamente un 10% adicional, lo cual también afectó a los precios de los cavas. Como efecto colateral, resulta cada vez más difícil encontrar buenos vinos con los que hacer cava, con lo que al final también la calidad termina resintiéndose. Bien es cierto que las lluvias del 2018 lograron alcanzar niveles más aceptables; no obstante, un año de buenas lluvias no recupera adecuadamente la planta, por lo que la cosecha no alcanzó el nivel que el pluviómetro proporcionalmente esperaría.
Las perspectivas para el futuro no albergan mucho espacio para el optimismo: la temperatura media, durante el periodo de crecimiento de los racimos, prevé un aumento de 3,2ºC en 2070 si logramos moderar el efecto invernadero (4,4ºC en el caso de que sigamos con los niveles actuales) En cuanto al déficit de agua, éste aumentaría en 30% si logramos controlar la situación (y llegaría al 60% si seguimos la senda actual), siendo los efectos de la escasez de agua más perjudiciales sobre el metabolismo de la cepa que el propio aumento de temperatura. Además, las uvas blancas, que son las que se emplean en el cava (excepto en el rosado) son más sensibles a estos cambios que sus parientes tintas.
Desgraciadamente hay algún factor adicional, que no quiero incluir aquí, pues considero que ya he dicho bastante… Así que en este punto deseo arrojar un poco de luz al asunto. Aunque esto no tiene nada que ver con el cava, la solución viene por un mejor uso de la energía (eficiencia energética) y un incremento del uso de las energías alternativas. Valga como ejemplo que en Alemania, cuyo clima conocemos todos (yo particularmente viví ahí cuatro años y pasaban semanas enteras sin que pudiéramos vislumbrar el sol) es el primer productor mundial de energía solar por unidad de superficie ¡esto tiene delito! Por tanto, aquí, en el País del Sol, lo tenemos fácil. En fin, ahora vamos a relajarnos con una refrescante copa de cava, pues el sol está empezando a apretar…
Para realizar este artículo hemos empleado información de los siguientes enlaces:
-https://www.carbonbrief.org/climate-change-could-tarnish-flavour-of-cava-study
-Projection of phenology response to climate change in rainfed vineyards in north-east Spain. M.C. Ramos et al.
-https://www.dw.com/en/climate-change-poses-challenges-to-winemakers-worldwide/a-15077390
Los siguientes post de nuestro blog tratan una temática afín a este artículo:
-El origen salvaje Cava
-Los Sulfitos en el Cava: ¿héroes o villanos?
-Trailer: El Proceso de Elaboración del Cava
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