Consumo y conservación del cava
La adecuada conservación y consumo del cava es algo de gran importancia para poder disfrutar de este gran producto de la mejor manera posible. A continuación se describen algunos aspectos relacionados tanto con la conservación como con el momento de consumo que harán que este manjar nos proporcione si cabe mejores sensaciones.
conservación
A diferencia de otros vinos, generalmente tintos de crianza en madera, cuyas características se adquieren después de un cierto tiempo en la botella, a veces largo, necesario para conseguir unas condiciones imprescindibles para que una serie de sustancias se manifiesten su, en el caso de los Cavas estos condicionantes son algo distintos. El Cava, después de su período de maduración, posterior al degüelle, se ha recuperado al máximo del choque y fatiga producidos con el destapado. A partir de este momento comenzará una línea descendente en su calidad, tanto más lenta en su pendiente regresiva como más óptimas sean las condiciones de conservación.
Es por lo tanto de gran importancia el tener presente determinadas características que influyen en buena medida en esa degradación:
– Temperatura, ha de ser fresca si es posible, con el mínimo de fluctuaciones posibles.
– Ausencia de vibraciones.
– Posición horizontal, con el tapón siempre mojado para evitar fugas de gas y/o de líquido.
– Siempre en la oscuridad. Existe una franja de espectro luminoso, concretada en la zona del ultravioleta y visible próximo, que provoca unas reacciones de tipo fotoquímico responsables de la formación de compuestos con características organolépticas desagradables. No siempre las botellas protegen de este posible defecto, por esta razón es necesario procurar mantenerlas al abrigo de estas radiaciones.
– No conservar botellas con mucho tiempo, es un riesgo de mala conservación innecesaria.
No existe ningún vino tan universal como el cava, por sus características combinadas con sus posibilidades de envejecimiento, es el único tipo de vino apto para cualquier momento y capaz de combinar con cualquier tipo de manjar. Además, por sus características organolépticas únicas complementadas con la magia del burbujeo inacabable, es el vino rey de los brindis y celebraciones. No perdamos pues estas nobles características por una conservación y consumo del cava inadecuados.
consumo
Para poderle disfrutar en su mayor extensión existen unos cuidados mínimos a observar antes y durante su consumo:
– La temperatura de degustación, entre 6 y 8º C., exigirá unas copas no calientes y un recipiente que mantenga esta temperatura mientras se degusta la botella (la clásica «cubitera» o similar). A esta temperatura el equilibrio degustativo es máximo.
– El enfriado ha de ser progresivo, ayuda a no romper el equilibrio conseguido a lo largo de mucho tiempo.
– La copa estilizada, para que la contemplación del burbujeo sea más completo, al tiempo que en un recorrido largo los complejos aromáticos son liberados por el gas carbónico. Nunca llena, pues las burbujas nos impedirán, con su cosquilleo en la nariz, centrarnos en la observación de sus características y un desprendimiento excesivo de gas nos saturaría la zona olfativa. Por supuesto tiene que ser transparente e incolora.
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